Qué Creemos

NUESTRA MISIÓN

En Iglesia Revive, nuestra misión es llevar gloria a Dios en cada aspecto de nuestra vida y ministerio, reconociendo que Cristo es el camino, la verdad y la vida.

Reconocemos nuestra dependencia absoluta de Cristo. Confiamos en que Dios es fiel para preservarnos en sus manos y llevarnos en aumento, guiándonos en el camino de la justicia y la verdad, según el consejo de Proverbios 4:18, que nos enseña:

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto

Proverbios 4:18

Además, nos comprometemos con el segundo gran mandamiento, como se encuentra en Levítico 19:18:

“…amarás a tu prójimo como a tu mismo…”

Levítico 19:18

Reconocemos que amar a nuestro prójimo es una expresión genuina de amor a Dios. Por lo tanto, nos esforzamos por ser un ejemplo de amor, compasión y generosidad en nuestra comunidad y más allá llevado el evangelio de Cristo que nos reconcilia con el Padre.

Por último, nos comprometemos con la Gran Comisión, tal como Jesucristo nos instruyó en Mateo 28:19-20:

"Id, haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo los que os he mandado”

Mateo 28:19-20

En Iglesia Revive entendemos que nuestra misión es clara y directa: llevar el mensaje transformador del Evangelio a todas las personas en nuestra comunidad hispanohablante. Por eso nos comprometemos a vivir de acuerdo con estos principios fundamentales y a trabajar diligentemente para cumplir con la misión que Dios nos ha encomendado.

Aspirando reflejar el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo en todo lo que hacemos. Amén.

EN QUÉ CREEMOS

Confesional: Fe y mensaje Bautista 2000

Bautista: Afiliado a la Convención Bautista del Sur

Liderados por Pastores y gobernados congrega-cionalmente

La Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados y es la revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. Es un tesoro perfecto de instrucción divina. Tiene a Dios como su autor, su propósito es la salvación, y su tema es la verdad, sin mezcla alguna de error. Por tanto, toda la Escritura es totalmente verdadera y confiable. Ella revela los principios por los cuales Dios nos juzga, y por tanto es y permanecerá siendo hasta el fin del mundo, el centro verdadero de la unión Cristiana, y la norma suprema por la cual toda conducta, credos, y opiniones religiosas humanas deben ser juzgadas. Toda la Escritura es un testimonio de Jesús, quien es Él mismo el centro de la revelación divina.

Hay un Dios, y solo uno, viviente y verdadero. Él es un Ser inteligente, espiritual y personal, el Creador, Redentor, Preservador y Gobernador del universo. Dios es infinito en santidad y en todas las otras perfecciones. Dios es todopoderoso y omnisciente; y su perfecto conocimiento se extiende a todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, incluyendo las decisiones futuras de sus criaturas libres. A Él le debemos el amor más elevado, reverencia y obediencia. El Dios eterno y trino se revela a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo, con distintos atributos personales, pero sin división de naturaleza, esencia o ser.

El hombre es la creación especial de Dios, hecho a su propia imagen. Él los creó hombre y mujer como la corona de su creación. La dádiva del género es por tanto parte de la bondad de la creación de Dios.

La salvación implica la redención total del hombre, y se ofrece gratuitamente a todos los que aceptan a Jesucristo como Señor y Salvador, quien por su propia sangre obtuvo redención eterna para el creyente. En su sentido más amplio la salvación incluye la regeneración, la justificación, la santificación, y la glorificación. No hay salvación aparte de la fe personal en Jesucristo como Señor.

La elección es el propósito de la gracia de Dios, según el cual Él regenera, justifica, santifica y glorifica a los pecadores. Es consistente con el libre albedrío del hombre, e incluye todos los medios relacionados con el fin. Es la gloriosa expresión de la bondad soberana de Dios, y es infinitamente sabia, santa e inmutable. Excluye la jactancia y promueve la humildad.

Una iglesia del Nuevo Testamento del Señor Jesucristo es una congregación local y autónoma de creyentes bautizados, asociados en un pacto en la fe y el compañerismo del evangelio; cumpliendo las dos ordenanzas de Cristo, gobernada por sus leyes, ejercitando los dones, derechos, y privilegios con los cuales han sido investidos por su Palabra, y que tratan de predicar el evangelio hasta los fines de la tierra. Cada congregación actúa bajo el señorío de Jesucristo por medio de procesos democráticos. En tal congregación cada miembro es responsable de dar cuentas a Jesucristo como Señor. Sus oficiales escriturales son pastores y diáconos. Aunque tanto los hombres como las mujeres son dotados para servir en la iglesia, el oficio de pastor está limitado a los hombres, como lo limita la Escritura.

El bautismo cristiano es la inmersión de un creyente en agua en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Es un acto de obediencia que simboliza la fe del creyente en un Salvador crucificado, sepultado y resucitado, la muerte del creyente al pecado, la sepultura de la antigua vida, y la resurrección para andar en novedad de vida en Cristo Jesús. Es un testimonio de su fe en la resurrección final de los muertos. Como es una ordenanza de la iglesia, es un requisito que precede al privilegio de ser miembro de la iglesia y a participar en la Cena del Señor.

El primer día de la semana es el Día del Señor. Es una institución cristiana que se debe observar regularmente. Conmemora la resurrección de Cristo de entre los muertos y debe incluir ejercicios de adoración y devoción espiritual, tanto públicos como privados. Las actividades en el Día del Señor deben estar de acuerdo con la conciencia Cristiana bajo el Señorío de Jesucristo.

El Reino de Dios incluye tanto su soberanía general sobre el universo como su señorío particular sobre los hombres que voluntariamente lo reconocen como Rey. Particularmente el Reino es el reino de la salvación en el cual los hombres entran mediante su entrega a Jesucristo por medio de una fe y confianza semejante a la de un niño. Los Cristianos deben orar y trabajar para que venga el Reino y que la voluntad de Dios se haga en la tierra. La consumación final del Reino espera el regreso de Jesucristo y el fin de esta era.

Dios, en su propio tiempo y en su propia manera, traerá el mundo a su fin apropiado. De acuerdo a su promesa, Jesucristo regresará a la tierra en gloria de manera personal y visible; los muertos resucitarán; y Cristo juzgará a todos los hombres en justicia. Los injustos serán consignados al Infierno, el lugar del castigo eterno. Los justos en sus cuerpos resucitados y glorificados recibirán su recompensa y morarán para siempre en el Cielo con el Señor.

Es deber y privilegio de cada seguidor de Cristo y de cada iglesia del Señor Jesucristo esforzarse por hacer discípulos de todas las naciones. El nuevo nacimiento del espíritu del hombre por el Espíritu Santo de Dios significa el nacimiento del amor a los demás. El esfuerzo misionero de parte de todos, por lo tanto, depende de una necesidad espiritual de la vida regenerada, y se expresa y ordena repetidamente en las enseñanzas de Cristo. El Señor Jesucristo ha ordenado que se predique el evangelio a todas las naciones. Es deber de cada hijo de Dios procurar constantemente ganar a los perdidos para Cristo mediante el testimonio personal apoyado por un estilo de vida Cristiano, y por otros métodos que estén en armonía con el evangelio de Cristo.

El Cristianismo es la fe de la iluminación y la inteligencia. En Jesucristo habitan todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. Todo conocimiento básico es, por lo tanto, una parte de nuestra herencia cristiana. El nuevo nacimiento abre todas las facultades humanas y crea sed de conocimiento. Por otra parte, la causa de la educación en el Reino de Cristo está coordinada con las causas de las misiones y de la beneficencia, y debe recibir juntamente con éstas el apoyo liberal de las iglesias. Un sistema adecuado de educación Cristiana es necesario para completar el programa espiritual del cuerpo de Cristo.

Dios es la fuente de todas las bendiciones, temporales y espirituales; todo lo que tenemos y somos se lo debemos a Él. Los Cristianos están endeudados espiritualmente con todo el mundo, un encargo santo en el evangelio, y una mayordomía obligatoria en sus posesiones. Por tanto, están bajo la obligación de servir a Dios con su tiempo, talentos y posesiones materiales; y deben reconocer que todo esto les ha sido confiado para que lo usen para la gloria de Dios y para ayudar a otros. De acuerdo con las Escrituras, los Cristianos deben contribuir de lo que tienen, alegre, regular, sistemática, proporcional y liberalmente para el progreso de la causa del Redentor en la tierra.

El pueblo de Cristo debe, según la ocasión lo requiera, organizar tales asociaciones y convenciones que puedan asegurar de la mejor manera posible la cooperación necesaria para lograr los grandes objetivos del Reino de Dios. Tales organizaciones no tienen autoridad una sobre otra ni sobre las iglesias. Ellas son organizaciones voluntarias para aconsejar, para descubrir, combinar y dirigir las energías de nuestro pueblo de la manera más eficaz. Los miembros de las iglesias del Nuevo Testamento deben cooperar unos con otros en llevar adelante los ministerios misioneros, educacionales y benevolentes para la extensión del Reino de Cristo.

Todos los Cristianos están bajo la obligación de procurar hacer que la voluntad de Cristo sea soberana en nuestras propias vidas y en la sociedad humana. Los medios y los métodos usados para mejorar la sociedad y para el establecimiento de la justicia entre los hombres pueden ser verdadera y permanentemente útiles solamente cuando están enraizados en la regeneración del individuo por medio de la gracia salvadora de Dios en Jesucristo.

Es el deber de todo cristiano buscar la paz con todos los hombres basándose en los principios de justicia. De acuerdo con el espíritu y las enseñanzas de Cristo, ellos deben hacer todo lo que esté de su parte para poner fin a la guerra.

Solamente Dios es Señor de la conciencia, y Él la ha dejado libre de las doctrinas y de los mandamientos de hombres que son contrarios a su Palabra o no contenidos en ella. La iglesia y el estado deben estar separados. El estado debe protección y completa libertad a toda iglesia en el ejercicio de sus fines espirituales. Al proveer tal libertad ningún grupo eclesiástico o denominación debe ser favorecida por el estado sobre otros grupos.

Dios ha ordenado la familia como la institución fundamental de la sociedad humana. Está compuesta por personas relacionadas unas con otras por matrimonio, sangre o adopción.

Nuestros Valores

Valoramos y obedecemos la Palabra de Dios como nuestra autoridad final en asuntos de fe y práctica.

Autoridad de las Escrituras

Nos comprometemos con la Gran Comisión de Jesucristo, llevando el mensaje del Evangelio a todas las personas y guiándolas hacia una vida de plena devoción a Cristo.

Evangelismo y discipulado

Nos esforzamos por crear relaciones de amor, hermandad, compasión, generosidad y compromiso los unos por los otros.

Comunidad amorosa

Vivimos de acuerdo a los principios y doctrinas espirituales fundamentales de nuestra fe, trabajando diligentemente para cumplir con la misión que Dios nos ha encomendado, y reflejando el amor y la gracia de Jesucristo en todas las áreas de nuestra vida y ministerio.

Integridad y fidelidad

UBICACIÓN

Germantown, Maryland

En el área de Germantown, MD, de una población total de 91249 personas, el 24.1% son hispanos, lo que destaca la presencia significativa y la necesidad espiritual dentro de la comunidad hispana en este sector del condado de Montgomery, Maryland.

Esta estadística no solo revela la diversidad étnica, sino también la oportunidad clave para establecer una iglesia que no solo alcance, sino que también discipule y ministre a esta creciente población hispana.

La comunidad hispana en el sector 2, específicamente en las ciudades de Germantown y Clarksburg del condado de Montgomery presenta una variedad de necesidades y desafíos únicos que pueden abordarse a través del evangelio de Jesucristo.

Datos adicionales muestran una distribución demográfica que incluye familias jóvenes, trabajadores migrantes y personas en busca de un sentido de pertenencia y esperanza espiritual en medio de la vida urbana.

En respuesta a este llamado, la Iglesia Revive se compromete a ser un lugar de estudio teológico profundo, donde se prediquen las verdades divinas con reverencia y humildad.

Nuestro propósito no solo es enseñar la sana doctrina, sino también cultivar una comunidad de fe arraiga en la Palabra de Dios, capacitada para discernir la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida y equipada para compartir el amor y la gracia de Cristo de manera que transforme vidas y glorifique al Señor en todo.